Corresponde a la intensificación del encuentro con el tú. Debido a que está opuesta a la Segunda Casa, simboliza los valores en una relación matrimonial o de socios y, también, nuestra capacidad de compartir.
Aquí los recursos deben crearse y utilizarse para el bien común.
La astrología clásica relaciona esta casa además con temas como las herencias, el sexo y la muerte, la transformación y las enfermedades virulentas. Es afín al signo Escorpio y a los planetas Marte y Plutón.
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